La adrenalina inundando tus venas. El zumbido en tus oidos y que apenas te permite escuchar. Las pulsaciones aceleradas, esa gota de sudor recorriendo traviesa tu cuerpo. El miedo a que algo salga mal, a dudar en un movimiento...
Ahora que lo pienso, estas lineas podrian usarse para describir tanto un espectaculo de fuego como ese momento en el que te atreves a acercar tu rostro a quien se podria definir como la tentacion encarnada en el sexo opuesto (o nuestro mismo sexo, todo puede ser).
Y recordad duendes, el fuego es como las mujeres...
...hay que perderle el miedo pero nunca el respeto :).
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